Cinco cosas que los niños deben hacer para ser más saludables

Niños pateando un balón
Por una investigación con niños de primaria profesor de educación física fue uno de los destacados en los Premios IDEP 2020
Publicado:
1
Mar
2021

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Correr por la calle, saltar el lazo, lanzar una pelota, atrapar un objeto cualquiera y patear un balón son actividades sencillas que un niño debería estar en capacidad de llevar a cabo sin problemas.

Sin embargo, un estudio adelantado por el profesor de educación física, John Jairo Sandoval Cardozo, determinó que hay un preocupante atraso en el desarrollo de estas habilidades motrices entre los niños de primaria, en especial de los del grado tercero, que fueron los que utilizó para adelantar la investigación por la que recibió un reconocimiento del Instituto para la Investigación Educativa y el Desarrollo Pedagógico. IDEP.

“La investigación surge a través de la observación que se hace en la clase de educación física, viendo el desarrollo de los patrones básicos del movimiento de los niños durante el desarrollo de diferentes actividades y se determina que no es el adecuado, es un estado inmaduro. Entonces, comienzo un proceso de evaluación y se crea un software para dicho fin”, relata el docente.

Para su investigación, llamada “Mis patrones Básicos de Movimiento, los reconozco, los trabajo y los domino”, que se inició en 2019, cuando aún no había llegado el COVID-19, el profesor Sandoval evaluó a 127 niños del colegio distrital Enrique Olaya Herrera y solo 41 estaban en unos parámetros que podrían ser considerados normales. Los restantes 86 se quedaron en los estadios inicial y elemental y no alcanzaron el maduro.

Dos terceras partes de los niños no alcanzaron la madurez de sus patrones

Es decir, que el 69%, más de las dos terceras partes de esos niños menores de 10 años, no alcanzó la madurez, ya sea en uno, dos, o más Patrones Básicos de Movimiento.

“Uuuyyy, sí, como que estoy mal en el tema de atrapar”, recuerda que decían algunos de sus pupilos cuando conocían los resultados del estudio.

Cuadro de rendimiento

Una situación preocupante si se tiene en cuenta que estos patrones se deben desarrollar de manera innata, con el paulatino crecimiento del niño.

“Hay que tener en cuenta el contexto de desarrollo del niño. Por ejemplo, si un niño siempre ha estado o se la ha promovido el sedentarismo, que siempre esté sentado, la falta de actividad física, que no lo llevan al parque, que no jueguen con él desde pequeño, pues todos esos elementos empiezan a afectar la parte de su desarrollo motor. No se le dan muchas vivencias al niño en ese sentido”, analiza el catedrático.

Hay que partir de que los Patrones Básicos de Movimiento (PBM)  son la materia prima para adquirir movimientos más complejos. Por ejemplo, para la práctica de un deporte, para la vida cotidiana. Por eso es importante trabajar desde estas edades.

Niños haciendo ejercicio

Teóricamente los niños deben tener un patrón de movimiento desarrollado más o menos hasta los 10 años. O sea, a los diez años ya deben tener un estado maduro, pero desafortunadamente hay niños de 12 y 13 años que tienen estados inmaduros.

“Hay que hacer un trabajo muy fuerte desde preescolar, primero, segundo y tercero, inicialmente, para que no se presenten este tipo de dificultades”, acota el profesor de educación física de 46 años, egresado de la Universidad Incca y con dos maestrías: una Educación y otra en Ciencia y tecnología del deporte en la Universidad Manuela Beltrán.

Esta situación que se podría considerar grave se agudizó con la llegada de la pandemia del coronavirus que obligó, en marzo, a todos a refugiarse en sus casas por lo que el profesor Sandoval debió echar mano de la tecnología y la virtualidad para tratar de que esas tendencias no tuvieran tantos efectos negativos en sus pequeños alumnos.

Niña concurso

Para ello escogió unos ejercicios que condensó en una cartilla, con una plantilla de evaluación, para que los niños y niñas trabajaran en casa. Esto, además de las ayudas tecnológicas, que, sin embargo, no eran la mejor solución pues se pierde mucha información por la calidad de las conexiones y las cámaras usadas para dictar las clases virtuales.

Problemas de la educación física en la formación virtual

“El esquema corporal, o sea todo el cuerpo del niño, no sale en la pantalla. Sale solo una tercera parte y entonces, uno como profesor, pierde dos terceras partes de lo que está haciendo el niño. No sabe si lo está haciendo bien, si lo está haciendo mal. Los niños, también, solo logran verlo a uno el 50% o una tercera parte del cuerpo y ahí se pierde ese elemento”, explica.

Igual, en el grupo evaluado hubo un reconocimiento de los patrones de movimiento como tal y los niños empezaron a reconocerlos en correr, salta, patear, porque otros ni siquiera los reconocen y después comenzaron a evidenciar en qué nivel estaban. “Eso es también parte de la ganancia de este trabajo”, acota con un poco de orgullo.

El 15 de febrero pasado, cuando retornó la presencialidad a ocho colegios del distrito, el profesor Sandoval fue uno de los 116 docentes que volvieron, después de diez meses de estar alejados de las aulas, para él con un especial sabor pues si hay  alguien al que le hace falta estar con sus alumnos es al profesor de educación física.

“El tema del seguimiento, de la interacción social, de la corrección del esquema corporal es fundamental. Entonces eso va a tener su repercusión. Incluso hay estudios que vinculan un buen desarrollo de los patrones básicos de movimiento con un buen rendimiento académico”, sentencia.

Con las limitaciones que impone el retorno gradual, progresivo y seguro, de un aforo no mayor al 30%, el profesor Sandoval, de la mano de sus queridos alumnos, continúan con su investigación, de la que dice se tomará unos cuatro años. La misma que aspira a irradiar a todos los colegios del Distrito, consciente de su importancia en un mundo en el que a todos les tocó reinventarse, y más cuando se trata de cuidar la salud física y emocional de los hombres del futuro que deberán correr, saltar, lanzar, atrapar y patear con más frecuencia.